En un esfuerzo por promover prácticas agrícolas responsables y reducir el uso de fertilizantes químicos, un innovador proyecto liderado por un profesional galapagueño se centra en la producción de biofertilizantes a partir de microalgas nativas en la isla Santa Cruz. Este trabajo, desarrollado por Kevin Crespín a lo largo de un año, representa un paso significativo hacia soluciones sostenibles para la agricultura en Galápagos.
Los agricultores de Galápagos enfrentan serios problemas por el uso excesivo de fertilizantes químicos. Estos productos no solo degradan la fertilidad del suelo, sino que también perjudican la biodiversidad acuática al reducir el oxígeno en lagos y mares, desencadenando graves consecuencias ecológicas y de salud. Ante esta situación, Kevin ha decidido explorar alternativas que minimicen el impacto ambiental y fomenten una agricultura más ecológica.
Microalgas un aliado sostenible
El proyecto se enfoca en el uso de microalgas nativas como base para crear biofertilizantes. Estas diminutas plantas fotosintéticas son capaces de capturar energía solar y transformar el dióxido de carbono en compuestos orgánicos, lo que las convierte en candidatas perfectas para el desarrollo de fertilizantes ecológicos.
Los biofertilizantes derivados de microalgas son ricos en nutrientes esenciales como nitrógeno, fósforo y potasio, así como en micronutrientes, todos en formas fácilmente asimilables por las plantas, favoreciendo un crecimiento saludable y robusto.
La investigación comenzó con una minuciosa exploración de las microalgas nativas en Santa Cruz. Kevin recolectó muestras de tres especies prometedoras: Chlorella sp., Chlamydomonas sp. y Haematococcus pluvialis, en dos sitios clave de la parroquia Santa Rosa y El Cascajo.
Estas especies fueron evaluadas para adaptarse a las condiciones locales y producir biomasa líquida, ideal para usar como fertilizante. En las etapas iniciales, se aplicaron en cultivos de ciclos cortos como albahaca, acelga, perejil y remolacha durante la germinación.
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Resultados prometedores
Los resultados preliminares son alentadores. Las microalgas nativas demostraron ser una alternativa viable a los fertilizantes químicos. En un medio orgánico, se alcanzaron hasta 24 millones de células por ml en solo 15 días, especialmente con Haematococcus pluvialis y Chlorella sp., lo que evidencia la efectividad de los nutrientes orgánicos.
Se generaron 18 litros de biomasa pura, mejorando la eficiencia en el uso de agua y nutrientes. Los biofertilizantes con 100% y 50% de microalgas mostraron mejores tasas de germinación y mayor vigor en condiciones de calor y suelo seco, evidenciando la capacidad de adaptación de los cultivos.
Kevin tiene como meta desarrollar un biofertilizante de bajo costo y alta eficiencia que se implemente en el sector agrícola. Este avance no solo transformará las prácticas agrícolas en Galápagos, sino que también beneficiará la economía local y la seguridad alimentaria, ofreciendo una alternativa ecológica y económica para la fertilización de cultivos.
El uso de estos productos contribuye a aumentar la fertilidad natural del suelo, recuperando nutrientes de manera sostenible y reduciendo el impacto negativo sobre los cuerpos de agua.
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Actores clave
El proyecto fue posible gracias a los fondos levantados por la Iniciativa Co-Galápagos de FUNCAVID, reflejando nuestro firme compromiso y el de nuestros aliados en promover iniciativas sostenibles que transformen las islas. El acompañamiento técnico y la difusión de los resultados se llevaron a cabo en el marco del Programa de Economía Circular, asegurando una ejecución alineada con los estándares de sostenibilidad y eficiencia, y potenciando el impacto positivo en la comunidad.
Además, otras instituciones apoyaron este proyecto, fortaleciendo su alcance y éxito, como la Agencia de Regulación y Control de la Bioseguridad y Cuarentena para Galápagos (ABG) quien proporcionó el laboratorio para el mantenimiento y estudio de microalgas nativas, facilitando el avance científico del proyecto.
La Fundación JOCOTOCO financió una pasantía para una profesional galapagueña, quien contribuyó en las primeras fases del proyecto, incluyendo estudios de adaptación de microalgas a escala de laboratorio y las pruebas iniciales de productividad para la formulación del biofertilizante.
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Próximos pasos
Kevin planea una segunda etapa del proyecto para mantener los ceparios de microalgas en el laboratorio de la ABG, optimizando la productividad de las especies nativas y evaluando su composición química en cultivos de ciclos cortos como tomate, pimiento y pepinillo. También busca implementar el uso de biofertilizantes en fincas que deseen adoptar métodos más orgánicos y sostenibles.
Quieres ser parte del cambio y contribuir con este proyecto, aquí te dejamos más detalles.
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